martes, 6 de febrero de 2007

El Ángelus, de Millet

Jean-François Millet
L'Angélus (El ángelus)1 857-1859
Óleo sobre telah. 0,555 m; a. 0,660 m
París, Museo de Orsay, legado de Alfred Chauchard, 1909(c) R.M.N. - Musée d'Orsay
Fuente: http://www.musee-orsay.fr

2 comentarios:

El blog de Historia del Arte dijo...

"Campesino nací, campesino moriré. Tengo cosas que contar tal y como las he visto y me quedaré en mi terruño sin retroceder ni un paso".


Lo que distingue a Millet es el carácter exclusivo y metódico de un programa cuyo significado político es mucho menos subversivo de lo que pensaban sus contemporáneos. Millet no se interesa ni por la clase social de los campesinos, en el fondo sumamente conservadora (y en la que se apoya el Segundo Imperio), ni por sus características sino por la figura simbólica del Campesino y por sus gestos eternos. Parte de la más rigurosa observación -"no haría nada que no fuese resultado de una impresión producida por el aspecto de la naturaleza"- para tender a la simplificación y a la generalización: "Si sólo dependiese de mi voluntad, expresaría con mucha fuerza el arquetipo, que, a mi juicio, contiene la más potente verdad".


"Quisiera que los seres que represento den la impresión de estar entregados a su postura y que resulte imposible imaginar que pueda ocurrírseles la idea de ser otra cosa".


En 1848, año del Manifiesto comunista y e las grandes luchas obreras, Millet expuso un cuadro con un campesino trabajando; la ética y la religiosidad del trabajo rural serán siempre los temas dominantes en su obra. Por primera vez un trabajador es presentado como protagonista de la representación, como héroe moral. Sin embargo, la elección de Millet es ambigua: ¿por qué los campesinos y no los obreros de las fábricas, cuya miseria era aún más negra? Porque el obrero ya es un ser desarraigado de su ambiente natural, tragado por el sistema, perdido; el campesino está ligado a la tierra, a la naturaleza, a las formas de trabajo y de vida tradicionales, a la moral y a la religión de sus padres.


La burguesía se entusiasmaba con Millet porque pintaba campesinos, que son trabajadores buenos, ignorantes, sin veleidades progresistas; pero Millet paga su error político dando como pintor un paso atrás. Retrocede del realismo al naturalismo romántico, escoge contenidos "políticos", ama las penumbras envolventes que unen a las figuras y los paisajes, los sugerentes efectos de luz, los motivos patéticos.


Fuente: http://cv.uoc.es/~991_04_005_01_web/fitxer/perc88.html

El blog de Historia del Arte dijo...

Jean-François Millet, El ángelus (1855-1857)
Museo de Orsay, París.

Quizás fue el cuadro más reproducido de su tiempo. De él se hicieron hasta caricaturas, y sus numerosas versiones llegan hasta el surrealismo de Dalí.
Procedente de una próspera familia de Normandía, Millet se sumergió en el mundo rural al que pertenecía. La naturaleza no es ya para él fuente de inspiración tal y como la entendieron los artistas románticos, sino más bien el escenario de una actividad laboral que desenmascara los trabajos rudos que el campo exige al trabajador. A pesar de que Millet no pasaba por alto los detalles de la indumentaria que revelaban las míseras condiciones de aquellas gentes, los dignificaba de tal manera que los convertía en los nuevos héroes de la sociedad: son estos hombres y mujeres quienes con su trabajo contribuyen a construir la sociedad. Implícita está la crítica a la mirada ociosa del burgués que asiste a los salones de arte pretendiendo ignorar la realidad de este mundo, un mundo al que, en parte, debía la comodidad que disfrutaba.

Fuente: RAQUEJO GRADO, Tonia. "La pintura decimonónica." El mundo contemporáneo. Historia del Arte, Tomo 4. Alianza Editorial, Madrid, 1997.